El terrorismo yihadista apunta a España

Al-Andalus: la España musulmana


Para entender qué quieren decir los líderes de Al-Qaeda al referirse a Al-Andalus y porqué es tan apreciada, es menester repasar la historia española medieval. Se llamaba califato de Al-Andalus a las tierras de la península Ibérica bajo el poderío musulmán durante la Edad Media, por el lapso de 481 años (711-1492).


Después de la incursión islámica en la península, Al-Andalus pasó a formar parte de la provincia norteafricana del califato de los Omeya, para lentamente transformarse en un emirato y, subsiguientemente, en un califato emancipado del poder abasí. Luego de disolverse el califato en 1031, el territorio se desintegró en diversos feudos taifas, que a su vez facilitaron las invasiones beréberes: la almorávide y la almohade.


Tras el avance de la resistencia cristiana (período que se conoce como la Reconquista), emprendida por los emigrados del norte peninsular, el término Al-Andalus se fue ajustando al agonizante territorio bajo ocupación árabe, cuyos límites fueron gradualmente desplazados hacia el sur, hasta la conquista final de Granada por los Reyes Católicos (Isabel y Fernando) en 1492, que puso colofón al señorío musulmán en la península Ibérica.


En reiteradas ocasiones, los líderes de Al-Qaeda han deslizado comentarios muy alarmantes sobre Al-Andalus. Quien más ha cargado las tintas sobre la “reconquista” de España para el islamismo yihadista es el doctor Ayman al-Zawahiri, el segundo al frente de Al-Qaeda y, tal vez, su principal ideólogo aún por encima de Osama bin Laden. Recuerdo un video hecho público por la cadena de noticias qatarí Al-Jazeera, en julio de 2006, en donde este ex miembro de la Hermandad Musulmana y ex líder de la Jihad Islamiya egipcia (responsable de asesinar al presidente de Egipto Anwar el-Sadat, en mayo de 1981) decía textualmente que el objetivo primario de Al- Qaeda es “liberar todos los lugares que algún día fueron tierra del Islam, desde Al-Andalus hasta Irak”.


Cinco meses después, en otra de sus apariciones en video, al-Zawahiri comparaba la “ocupación española de Ceuta y Melilla” con las ocupaciones de Palestina y Chechenia por Israel y Rusia, respectivamente.


En septiembre de 2007, el portal www.lauramansfield..com divulgó un video de ochenta minutos titulado “La fuerza de la verdad”, en donde Ayman al-Zawahiri, luego de alabar a los grupos terroristas que forman parte de Al-Qaeda, llama a los islamistas a “recuperar Al-Andalus y limpiar el Magreb musulmán de los hijos de Francia y España”. Y va más lejos aún: “sus padres regalaron su sangre para expulsarlos” (en referencia a España y Francia que colonizaron Marruecos, Argelia y Túnez); “es deber de los nuevos mujahidines expulsar a los cruzados”.


El 29 de agosto de 2008, las fuerzas de seguridad marroquíes desmantelaron una célula terrorista de más de 15 personas en varios puntos del país. El nombre de este grupo grafica el peligro real que el terrorismo islamista representa para España: Fatah Al- Andalus (Conquista de Al-Andalus).


El Magreb: el peligro cercano


Los geógrafos denominan Magreb al territorio norteafricano que conforman Libia, Túnez, Argelia y Marruecos, aunque recientemente también se incluyeron a Mauritania y el Sahara Occidental. El ente político común que agrupa a estos países desde 1989 es la Unión del Magreb Árabe (UMA), que concentra a todos los estados de la región (con el Sahara Occidental como parte integrante del Estado marroquí, una cuestión territorial aun en disputa).


España está muy ligada a esta zona de África, puesto que tiene dentro de su territorio dos ciudades autónomas, Ceuta y Melilla (que forman parte de la provincia de Cádiz), lindantes con el Reino de Marruecos.


A partir de la independencia de Marruecos, sus relaciones con España resultaron afectadas por incidentes territoriales, entre otros problemas diplomáticos, que encierran inconvenientes en cuanto a la pesca y la cuestión del Sahara Occidental, a pesar que España abandonó el control del norte marroquí en 1956, y luego la zona del Río de Oro en 1975.


Este análisis no tiene por finalidad analizar el caso de la disputa territorial entre España y Marruecos por las ciudades de Ceuta y Melilla y sus zonas adyacentes, pero es necesario enunciar que los reclamos de soberanía de Marruecos sobre estas comunidades autónomas son infundados, puesto que la ocupación española es anterior al nacimiento de Marruecos como estado, por lo que no existen derechos soberanos marroquíes sobre Ceuta, Melilla y otras zonas aledañas (Tarifa, isla de Perejil, etc.). De hecho, ya en el siglo III el territorio del norte africano pertenecía a la España romana bajo el nombre de Nova Hispania Ulterior Tingitana. Posteriormente, Tánger fue la capital de la provincia ducal hispano-visigoda de África. Luego de la Reconquista, Ceuta volvió a manos españolas en 1415 y Melilla en 1497.


Recordemos que España y Marruecos sostuvieron un serio incidente diplomático-militar entre el 11 y el 20 de julio de 2002, cuando un grupo de gendarmes marroquíes desembarcaron en la isla de Perejil y plantaron dos banderas de Marruecos. Las fuerzas armadas españolas recuperaron el control de la isla el 17 de julio, en lo que se conoció como “Operación Romeo Sierra”. Los soldados marroquíes detenidos durante la operación fueron restituidos a su país a través de la frontera de Ceuta. Posteriormente, se rubricó un pacto entre España y Marruecos, por el que se acordó retroceder al status quo anterior. Las fuerzas españolas dejaron el islote, que quedó nuevamente despoblado.


Hay un dato realmente preocupante en cuanto a las detenciones realizadas en España, en el marco de operaciones antiterroristas internacionales: de los detenidos entre 2001 y 2006 en las cárceles españolas, el 79% de los reclusos procede del norte africano. Si desglosamos el dato sobre el origen de los arrestados, nos encontramos con que el 40% proviene de Marruecos y un 31% procede de Argelia, quedando un 8% de individuos provenientes de otras latitudes.


Lo que ha sucedido en las cárceles españolas es altamente peligroso y una clara señal de alarma de lo por venir. En 1997, las fuerzas de seguridad detuvieron en Valencia a una célula encargada de la logística del Grupo Islámico Armado (GIA) argelino (responsable de varios atentados en Francia), en una operación que se conoció como “Apréciate”. La entrada en los centros correccionales ibéricos de estos elementos radicales, supuso que inmediatamente se dedicaran a captar y adoctrinar a los reos musulmanes españoles, lo que terminó cuando los servicios de inteligencia detectaron esta situación, pero recién en octubre de 2004, cuando ya el daño causado era evidente. Muchos de los detenidos durante el operativo de 2004 (aproximadamente 40 individuos de nacionalidades marroquí y argelina), habían entablado relación en prisión con elementos de la red yihadista responsable de los atentados de Madrid, el 11 de marzo de ese año. Entre los planes de esta célula desarticulada, se encontraba el hacer estallar un vehículo cargado con 500 kilogramos de explosivos contra la sede de la Audiencia Nacional, además de otros propósitos.


Sin embargo, y a pesar del probado riesgo que representan los individuos vinculados a células terroristas yihadistas, el 75% de los islamistas sospechosos de proyectar ataques terroristas en España, han sido eximidos de prisión y liberados por el Tribunal Supremo, que consideró que las pruebas obtenidas por la Audiencia Nacional para condenarlos eran insuficientes.


Al Qaeda en el Magreb Islámico


Dos son los grupos terroristas yihadistas que mayor peligro representan para España: el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) y Al Qaeda en Magreb Islámico.


En 1997 se funda en Argelia el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), nacida de una división interna en el Grupo Islámico Armado (GIA). Sus redes, además de Argelia, también se circunscriben a Mauritania, Francia, España y Canadá.


El 11 de septiembre de 2006, el segundo al mando de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, a través de un video conmemorativo de los atentados contra Nueva York y Washington de 2001, anunciaba la adscripción del GSPC a su red. En enero de 2007, los líderes del GSPC anunciaron un cambio de nombre, pasando a llamarse Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), lo que suponía un salto cualitativo en cuanto al accionar yihadí en Argelia, proyectándose fronteras afuera.


Según consta en un informe de inteligencia español de 2006, el AQMI nutre sus filas con elementos radicales somalíes, nigerianos, tunecinos y mauritanos.


El AQMI ha participado de hechos por demás sangrientos, siendo el más aberrante el parricidio de veintidós niños (hijos de los propios militantes de la organización), asesinados al plantarles cargas explosivas alrededor de sus cuerpos, para no ser atrapados por las fuerzas militares argelinas, el 15 de mayo de 2006.


El 22 de septiembre de 2008, el líder de AQMI, Abdelmalek Droukdel, convocó a sus miembros a la yihad para combatir a los países que la organización considera “apostatas”: Mauritania, Argelia, Túnez y Marruecos. Con respecto a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, las rotuló como localidades ocupadas y marcó la innegable connivencia entre España, la Liga Árabe, la Organización de la Conferencia Islámica y las Naciones Unidas, en cuanto al presente de ambas ciudades. En una comunicación hecha pública por el AQMI, se asevera que no descansará hasta recobrar “la tierra del Islam desde Jerusalén hasta Al Andalus”.


Tanto el Grupo Islámico Combatiente Marroquí como Al Qaeda en el Magreb Islámico, utilizan el territorio español para reclutar individuos (muchos de ellos murieron en Afganistán e Irak, como el caso de algunos de los terroristas involucrados en los ataques de Madrid del 11 de marzo de 2004), recolectar recursos financieros y servir de retaguardia a algunos elementos terroristas.


Según datos aportados por los servicios de información de las fuerzas de seguridad españolas, en los últimos cuatro años cientos de jóvenes y adultos han sido alistados dentro de las comunidades musulmanas establecidas en la península.


Se han reportado casos en que terroristas reclutados en España han consumado atentados en regiones con conflicto armado entre islamistas y distintos actores, llámense fuerzas estatales o tropas extranjeras.


En otras ocasiones, se han detectado reclutamientos de individuos para despacharlos al desierto del Sahel, donde AQMI posee campos móviles de instrucción en tácticas de combate y manejo de armas y explosivos.


En un video de febrero de 2007, al Zawahiri pronunció un monólogo en el que, tras describir la evolución del movimiento yihadí en el Magreb y manifestar su respaldo a los “leones” que combaten allí, añadió: “Pido a Alá que os conceda que mantengáis vuestros pies firmes para obedecerle y que os conceda su ayuda y su victoria, y así liberéis el Magreb islámico e icéis el estandarte de la yihad para que ondee victorioso sobre su tierra, y que Alá os conceda el favor de pisar pronto con vuestros pies puros sobre el usurpado Al Andalus”.


Otro hecho preocupante es la incorporación a AQMI de pequeños grupos islamistas desperdigados por el Magreb, que han hecho propias las declaraciones de los líderes de Al Qaeda en cuanto a la “recuperación” de Al Andalus, lo cual puede corroborarse al escuchar los videos que estas agrupaciones suben a los portales islamistas (como el site yihadista As Sahab). En enero de 2007, tras cambiar su nombre de Grupo Salafista de Predicación y Combate por el de Al Qaeda en el Magreb Islámico, el grupo terrorista subió un video en el que comunicaba sus objetivos: “Abrazamos la yihad para cumplir con un precepto divino ineludible que se nos impuso desde la caída de Al Andalus y la venta de Palestina, y desde que nos dividieron las fronteras que inventaron los invasores”.


El Grupo Islámico Combatiente Marroquí


Nos es muy difícil para los analistas investigar a fondo al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), ya que adopta diferentes denominaciones: en algunas ocasiones se denomina Grupo Islámico Combatiente, en otras oportunidades se hace llamar Grupo Islámico Armado, a veces Grupo Marroquí Armado y en otras Grupo Combatiente Marroquí, tal vez para intentar despistar a las autoridades de Marruecos, o a los servicios de inteligencia occidentales.


Lo que sí sabemos del GICM es que su génesis está en la participación de militantes marroquíes durante la resistencia afgana contra la ocupación de la ex Unión Soviética, además de la participación de elementos radicales marroquíes en los frentes de conflictos de la yihad internacional en Chechenia, Cachemira y Bosnia.


Los marroquíes no pueden ser considerados como combatientes yihadistas natos en la resistencia afgana contra la desaparecida URSS, ya que recién llegaron en gran escala a Kabul en 1989, cuando finalizaba el conflicto, y primordialmente como miembros de equipos de asistencia humanitaria con el pleno conocimiento del gobierno de Rabat.


Terminada la ocupación soviética, comienza en Afganistán una sangrienta guerra civil por el control del país. Los afganos inculpan a los militantes islámicos radicales árabes de ser los responsables, por lo que estos últimos migran hacia Yemen. Los marroquíes, al realizar sólo tareas sanitarias, permanecieron sin grandes problemas en Afganistán, aunque varios regresaron a Marruecos para aplicar sus experiencias yihadistas en el reino. Estos veteranos crearon el grupo Salafia Jihadia, una organización que buscaba la instauración de la sharía (ley islámica coránica) en Marruecos y el derrocamiento del régimen del monarca Mohamed VI. La Salafia Jihadia se hace fuerte en los barrios pobres de Rabat, desde donde empieza a atacar a las fuerzas de seguridad marroquíes y a quienes se habían desviado del “recto camino del Islam” (ladrones, proxenetas, vendedores de drogas, etc.), reclutando a su vez a miles de jóvenes.


Con la llegada del talibán al poder afgano, el número de marroquíes radicales aumenta, llegando desde diversas partes de la umma (comunidad islámica): Pakistán, Irán, el mismo Marruecos y desde distintos países europeos. Estos últimos se entrenan en tácticas de combate y sabotaje, así también como en el manejo de explosivos, para ir en auxilio de sus hermanos yihadistas chechenios, que entonces combatían contra Rusia.


Existe consenso entre los analistas en cuanto a señalar el momento preciso de la radicalización extrema de los elementos marroquíes que siguieron en Afganistán tras la salida de Bin Laden y los miembros de Al Qaeda: la llegada al poder afgano del talibán.


Cuando Osama Bin Laden y sus milicianos retornan a Afganistán en 1996, expulsado de Sudán, vuelve con ideas absolutamente radicales en cuanto al papel que le debería caber a este país, con una influencia adicional del pediatra, fundador y líder de la Yihad Islámica egipcia Ayman al-Zawahiri. Bin Laden consideraba que Afganistán debía ser el campo de adoctrinamiento y entrenamiento global del yihad armado, desde donde lanzar los más devastadores ataques contra los regímenes musulmanes que la red consideraba apostatas y sus socios occidentales (principalmente Estados Unidos -con bases en Arabia Saudita, tierra santa del Islam y cuna de Bin Laden- e Israel). Para lograr dicho cometido, Bin Laden sella un pacto con el mullah Muhammad Omar, el líder del talibán, al cual, en 1998, le presenta un compromiso de completa lealtad. De hecho, Bin Laden se casa con una hija de Omar, por lo que también se convierten en familia, rubricando aun más sus vínculos.


Precisamente en 1998, Al Qaeda lanza su yihad contra los Estados Unidos, atacando las embajadas estadounidenses de Nairobi (Kenia) y Dar-es-Salaam (Tanzania), provocando 268 muertos y decenas de heridos.


En la nueva estrategia de Al Qaeda, se hacía necesario cooptar grupos radicales de todo el orbe para conformar un frente yihadista global. Si estos grupos no cumplían con los requerimientos de la red terrorista, se crearían nuevas estructuras islamistas acordes a las directivas de Bin Laden y al-Zawahiri. Es aquí donde la Yamaa Islámica Combatiente Marroquí (grupo aparentemente creado en 1998) empieza a entrar en escena de manera sangrienta. Desde su conformación, a fines del decenio de 1990, la organización terrorista marroquí sólo servía de soporte logístico a los terroristas de Al Qaeda (alojamiento, documentos y pasaportes europeos falsos, etc.).

El 11-S produce un quiebre en la estrategia de YICM, que decide realizar atentados en el interior de Marruecos, a instancias de los mandos de Al Qaeda (principalmente por demandas de Ayman al-Zawahiri) de expandir el yihad a la zona del Magreb.


El otro grupo que surgiría -a instancias de Al Qaeda- es Al Haraka al Islamia al Maghribia, Grupo Islámico Combatiente Marroquí, fundado en Peshawar, Pakistán, en 1993.


El Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), tiene como influencias directas al GIA argelino y al YICM, y es una creación directa de los mandos de Al Qaeda. El GICM ha adoptado el método de las células ejecutoras independientes, es decir, equipos que desconocen la conformación de otros, de manera que si cayera una estructura, ésta no sabría la existencia de otras e impediría la desarticulación de la organización por las fuerzas de seguridad, lo cual hace muy difícil su infiltración por los aparatos de seguridad y los servicios de inteligencia.


El principal objetivo del GICM es la instauración de la khilafa (califato) en Marruecos, donde domine la sharía.


El GICM supo nutrir con hombres las filas de Ansar al Sunna, la organización terrorista iraquí que comandó Abu Musab Al Zarqawi, conocida por los espeluznantes videos que subía a Internet, en donde los rehenes que tomaba eran decapitados, durante los primeros años de la ocupación estadounidense. Al Zarqawi murió el 8 de junio de 2006, cuando aviones de los Estados Unidos, en una operación quirúrgica, lanzaron dos bombas de 250 Kg. cada una sobre el lugar donde se escondía.


Muchos miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí fueron detenidos en Siria y otros tantos murieron en combate en Irak.


El GICM pone a España en su mira


La primera acción terrorista del GICM contra intereses españoles, se produjo el 16 de mayo de 2003 en Casablanca, Marruecos, cuando un grupo de 13 atacantes suicidas, componentes del grupo Salafia Jihadia, afín al Grupo Islámico Combatiente Marroquí, atentó contra el restaurante “Casa de España”, en el que murieron 41 personas (3 de ellas de nacionalidad española).


Sin lugar a dudas, el hecho más sangriento del terrorismo yihadista en España fue el ataque contra cuatro trenes de la Red de Cercanías, en la terminal de Atocha, Madrid, el 11 de marzo de 2004, utilizando mochilas cargadas con el explosivo Goma 2-ECO, activadas por teléfonos celulares. En el atentado murieron 191 personas y 2057 resultaron heridas.


La autoría de los atentados del 11-M fue atribuida a integrantes del GICM y de otras células operativas en España y Europa, según consta en el sumario de instrucción. El juez de la Audiencia Nacional, Juan del Olmo, concluyó que el atentado habría sido consumado por una célula terrorista local integrada por ex-delincuentes persuadidos para ir al "buen camino" por un imán de la mezquita de Madrid. Operaron siguiendo las orientaciones de Al Qaeda de constituirse por su cuenta, tratando de usar al máximo los recursos locales.


Cabe recordar que en la noche del mismo 11 de marzo, el periódico “'Al Quds Al Arabi' Al-Quds” (diario de la comunidad islámica de Londres), recibió un escrito en el cual se aseveraba que las “Brigadas de Abu Hafs Al Masri”, en nombre de Al Qaeda, estaban detrás de los ataques cometidos en Madrid. Según decía la misiva, los atentados eran un “ajuste de viejas cuentas” con España, a la que le imputaba la “complicidad con Estados Unidos y el Reino Unido en una cruzada contra el Islam”. Se da por sentado que los ataques del 11-M se produjeron como consecuencia (entre otras motivaciones ya mencionadas) de la participación española en la Coalición liderada por los Estados Unidos tras la invasión a Irak, en 2003. El atentado provocó que el recientemente asumido gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero retirara el contingente español de Irak, una medida en mi opinión desacertada, puesto que cedió al chantaje terrorista y fue una victoria para Al Qaeda, como lo fueron las retiradas de los Marines estadounidenses y las fuerzas francesas del Líbano, en 1983, luego de la voladura de sus respectivas bases en Beirut, en hechos erróneamente adjudicados al Hezbollah, una organización que no existía en esa fecha.


El 13 de marzo, se recibió en los estudios de Tele-Madrid un video en donde un individuo con acento marroquí, autotitulado “portavoz militar de Al-Qaeda en Europa”, reivindicaba el ataque. Este hombre decía llamarse “Abu Dujan-al Afgani”, vocero militar de “Ansar Al Qaeda en Europa”, y reivindicaba los atentados en nombre de esta agrupación terrorista.


Futuro del yihadismo en España


El problema a corto/mediano plazo de la actividad yihadista en España, radica en la nueva estrategia global de Al Qaeda. Sabemos que Al Qaeda ha dejado de ser una estructura terrorista jerarquizada y hoy en día es una caterva de grupos yihadistas que comparten su ideología islamista radical, pero que operan autónomamente en nombre de la red.


Según consta en un informe del servicio de inteligencia alemán (BND), fechado en enero último, las bajas sufridas por Al Qaeda han hecho que la organización terrorista haya cambiado hacia una estrategia de no confrontación militar directa, reservándose para sí el adoctrinamiento y la propaganda yihadista.


El documento del BND señala que Al Qaeda ha demostrado en los últimos meses “una tendencia hacia la formación táctica” de grupos afines. Según detalla el informe, serían una veintena de grupos y células. “La cúpula de Al Qaeda pretende implicar a las organizaciones o células locales en los ataques. Incluso, pretende dejar enteramente a estas la planificación y ejecución de atentados”.


El continente más afectado por este nuevo giro estratégico de la red terrorista es Europa. El informe de inteligencia alemán menciona los cinco países europeos en donde las amenazas yihadistas a su seguridad es superior: la propia Alemania, Francia, España, Italia y el Reino Unido.


Sin tomar el capítulo del informe sobre Alemania, tanto en Francia, España, Italia y el Reino Unido, el peligro medular lo representan redes independientes “con poco o ningún contacto” con Al Qaeda. Células constituidas por terroristas “autorradicalizados por el creciente uso de Internet”.


Paralelamente al establecimiento de estas células autónomas, el informe de inteligencia señala que tanto para Francia, España e Italia la gran amenaza la encarna uno de los más enérgicos grupos de esa veintena de formaciones patrocinadas por la red de Bin Laden: la argelina Al Qaeda en el Magreb Islámico. Los especialistas razonan que la proximidad de los tres países europeos con esta zona del norte de África y el gran número de colonias magrebíes que se asientan en sus territorios, los hace fundamentalmente sensibles.


“Muchas personas han sido detenidas en estos países en los últimos años por dar apoyo financiero y logístico a los grupos terroristas no europeos”, según se puede observar en el documento. También menciona que durante el año 2008 “Francia y España recibieron amenazas en varias ocasiones a través de mensajes del emir de Al Qaeda en el Magreb Islámico, Abdelmalek Droukdal, y del número dos de Al Qaeda, Ayman Al-Zawahiri”.


No obstante el peligro de la red magrebí, los analistas se expresan persuadidos que Al Qaeda en el Magreb Islámico todavía no ha tomado la decisión de arremeter directamente contra Europa. “Están usándola principalmente con fines logísticos, pero también con fines de captación”, examina el análisis.


Además de Al Qaeda en el Magreb Islámico, el informe enumera la presencia de otras cinco estructuras extremistas yihadistas en África con enlaces con la red Al Qaeda. Una es el Grupo Combatiente Islamista Libio (LIFG), un grupo que se adhirió a Al Qaeda en noviembre de 2007 pero que ha visto como los salafistas argelinos le arrancaban su campo de acción y hasta algunos de sus integrantes.


A éste grupo libio se añaden el egipcio Al Gamaa Al Islamiya, aunque tiene un sector interno que se resiste la unión con Al Qaeda, el sudanés Al Qaeda de los Nilos, que ultimó a un diplomático estadounidense en enero de 2008 y los autoproclamados Talibanes Nigerianos, algunos de cuyos miembros han manifestado su propósito de unirse a Al Qaeda en el Magreb Islámico.


Con respecto a los llamados terroristas “autorradicalizados” que actúan sin contacto con redes madres, España tiene un caso testigo: la Policía Nacional detuvo en Granada, el martes 17 de febrero último, a un soldado español y su novia rusa, ambos de religión musulmana, por producir videos de corte yihadista llamando a realizar atentados en España, pero más específicamente en Granada.


Los autores de los videos (Christian Peso Ruiz, soldado del Ejército español y su novia, María Choubia, nacida en Leningrado, Rusia), que utilizaban identidades falsas, habían editado y subido 11 videos a un portal de Internet, además de haber mantenido contacto con más de 200 internautas afines a los postulados de la yihad internacional de diferentes países de Europa y Oriente Medio. Sus videos habían sido vistos en 2.007 ocasiones.


Agustín C. Dragonetti

Para CIIST-Europa